Muerte de un animal de compañía
Muerte de un animal de compañía
La muerte de un animal de compañía tal vez sea una de las primeras pérdidas que experimentamos. Las mascotas son nuestros compañeros constantes por años y, para los adultos con algún grado de autismo, el vínculo con un animal puede ser muy cercano. Los animales de compañía escuchan sin juzgar, son leales y nos ofrecen compañía constante. Algun as mascotas también son animales de servicio, que están entrenados para ayudar, tranquilizar o reconfortar a sus dueños.
La falta de una mascota tan querido a causa de su muerte, o incluso si desaparece, puede causar reacciones de duelo muy intensas para un adulto con autismo. Visite El duelo y el autismo para saber más sobre las reacciones ante el duelo.
Consejos para brindarle apoyo a tu ser querido
Cuando ayudas a una persona con autismo que está atravesando el duelo por la muerte de su animal de compañía, es importante:
- Brindar apoyo y comprensión — Valida los sentimientos de la persona que está atravesando el duelo y enfócate en la mascota que murió en lugar de sugerir inmediatamente que consiga otra.
- Evite eufemismos — Sé claro y directo sobre lo que pasó. Usa palabras como “murió” en lugar de “falleció” o “lo perdiste” para fomentar la claridad y el entendimiento. Por ejemplo, si la mascota recibió eutanasia, evite usar la frase “ponerlo a dormir” o “sacrificarlo”.
- Busque maneras de recordar a la masota — Use recuerdos y fotos para ofrecer una conexión con la mascota que murió. Una forma de recordarla es guardar su collar, su correa, su juguete o su manta favorita. Como sucede cuando muere una persona, puede ser útil ver el cuerpo de la mascota después de su muerte.
- Crear un espacio para el ritual — A diferencia de lo que sucede con las personas, no se suele enterrar a las mascotas. Usted con su ser querido pueden colocar un indicador, una pequeña estatua o una lápida con el nombre de la mascota grabado en el jardín u otro lugar al que puedas acceder para encontrar consuelo y recordar su mascota.
- Comunícate — Con el tiempo, puedes preguntar si sería apropiado y reconfortante tener otro animal de compañía y cuándo podría ocurrir.